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Ensenada, Baja California, Mexico
Profra. María Esther Díaz Tizapaneco responsable del Aula de Medios. correo: diaztizapaneco@gmail.com

viernes, 22 de febrero de 2013

Junta de consejo del 15 de febrero de 2013

La participaciòn de la Profesora Martha evelia villa Nùñez, responsable del Programa Nacional de lecturas (PNL) nos diò a conocer los puntos que la coordinadora de la zona en este programa, solocito que los maestros no olviden llevarlos a la practica.

Presentaciòn de escoltas

La escolta de nuestra escuela Ing. Òscar Baylòn Chacòn, realizò una excelente participaciòn en la presentaciòn de escoltas de la zona 037, realizada el 14 de febrero en la Esc. Jesùs Prado Luna. Felicidades a la escolta!!

Nuestra escuela trabaja el programa ECO RETO

Qué es ECO-RETO? ECO-RETO, es el programa de acopio educativo dirigido a jardines de niños, primarias, secundarias y preparatorias públicas y privadas de todo el país. En este programa voluntario y gratuito, los alumnos participan en el acopio (recuperación) de los residuos de envases de PET generados en sus casas o en la escuela y al final del ciclo escolar la escuela los canjea por regalos. Beneficios El programa ECO-RETO ha permitido a niños y jóvenes mexicanos a llevar a la práctica la separación y reciclado los residuos sólidos. La escuela registrada oficialmente, puede acopiar residuos de envases de PET durante el ciclo escolar vigente y el total acopiado lo canjea por tarjetas electrónicas equivalentes a los kilogramos (ECO-PUNTOS) acopiados.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Pobres princesas

Es una transformaciòn del cuento de La Ceniciente. Pobres princesas, cuento de Irene Vasco , C enici enta y el Príncipe se casaron y fueron felices para siempre. Cenicienta lavaba, planchaba, cosía y cocinaba a la perfección. El Príncipe bailaba y bailaba día y noche. ¿ Cenicienta, vamos al País Azul. La hija del rey cumple quince años y somos sus invitad os de honor. ¿Por qué no aprovechas para usar las zapatillas de cristal? Se te ven tan bonitas. ¿ Ay, Príncipe, le prometí al cocinero real que le enseñaría mi receta de pastel de chocolate. Otra vez será. ¿ Cenicienta, estamos invitados al baile de disfrace s del príncipe Sebastián. Deberías usar el vestido que te regaló el hada madrina. Es que te ves preciosa. ¿ Ay, no puedo salir esta noche. Tengo mucha ropa por remendar. Otra vez será. Cenicienta no salía de la cocina, no usaba zapatillas de cristal, no se ponía bellos vestidos, en fin, no se volvió a ver por ningún salón. Cuentan que engordó tanto con las famosas recetas, que tuvo que regalar los vestidos de ojalillo y organdí que le había dado el hada madrina. Sus hermanas, mientras tanto, se esmeraban por lucir hermosas. Ensayaban peinados de dos pisos, iban al sastre para que les fabricara preciosos lunares de terciopelo, se ajustaban las cinturas con lazos de colores, encargaban esencias y perfumes y aprendían los ritmos de moda. Desde hace tiempo, son e llas quienes acompañan al Príncipe a todas partes. Dicen que se han puesto tan bonitas que hasta pueden lucir las zapatillas de cristal. El Príncipe no se cansa de admirarlas y en la noche, al regresar de las fiestas, repite: ? ¡Cenicienta, eres fantástica ! ¡Nunca imaginé que esas hermanas de quienes hablabas tan mal pudieran actuar como verdaderas princesas! Cenicienta sonríe entredormida, se vuelve de lado y sigue soñando feliz entre sus sábanas de encaje

El insomnio de La Bella durmiente

Es una transformaciòn del cuento La bella durmiente, en algùn momento te imaginaste que podìa ocurrir algo asì. Cuento de Rocio Sanz La Bella Durmiente tenía insomnio. ¡Qué tragedia! Tú recordarás el cuento de la Bella Durmiente: la maldición del hada mala y cómo la princesa se pincha el dedo con un huso de hilar y cae como muerta. Recordarás que interviene el hada buena y modifica el hechizo: – La princesa no morirá. Dormirá por cien años y entonces vendrá un príncipe a despertarla. También te acordarás que todo el palacio se duerme y crece un espeso bosque a su alrededor. Todo había salido bien hasta ese momento. Dormían ya el rey y la reina, los perros y los canarios, las damas y los caballeros, los guardias y los lacayos. Dormían el fuego en la chimenea y el agua de la fuente, pero la protagonista del cuento, la mismísima Bella Durmiente, ¿tenía insomnio y no se podía d ormir! El hada madrina no sabía qué hacer. En todo aquel palacio dormido sólo velaba el aya anciana que había criado a la princesa y había venido a vigilar su sueño. ¡Pero no había tal sueño! La Bella Durmiente padecía insomnio. El hada agitaba en vano su varita mágica: la princesa no se dormía. Se paseaba con el aya por los salones dormidos, pero no le llegaba el sueño. – ¡Esto no es posible! – se quejó la anciana, fatigada de caminar – . ¡La Bella Durmiente no puede pasar cien años despierta! – ¡Estaré h echa una ruina cuando aparezca el príncipe! – clamó la pobre princesa – . Hada madrina, ¡tienes que hacer algo! El hada se quedó pensativa un momento. Luego exclamó: – ¡Ya sé! Pediré prestada la manzana de Blancanieves. La morderás y caerás como dormida. Co ntrataremos a los siete enanos: ellos te fabricarán un precioso ataúd de cristal para que te encuentre el príncipe. – ¡Nooo! – protestó la princesa – . ¡Yo no quiero al príncipe de Blancanieves, ella se pondría celosa! Yo quiero a mi propio príncipe. ¡Este es MI cuento! – sollozaba. – Podríamos cambiarle el nombre... – meditó el hada – . Ponerle... "La Bella Insomne del Bosque"... Pero significaría mucho trabajo extra – recapacitó – . Habría que irse al siglo dieciocho y cambiar el texto original, contratar otras sei s hadas madrinas, una bruja especial, ¡el sindicato de brujas protestaría por las horas extras! Y con la inflación – terminó diciendo el hada – el costo sería prohibitivo. Página 2 – ¡Además – clamó la princesa – los niños me conocen como la Bella Durmiente y no es ju sto que me cambies el nombre! ¡Ay, madrina! ¿Qué voy a hacer durante cien años despierta y sola? – Podrías escribir un libro de soledad... – sugirió el aya. – ¡Ya está escrito! – exclamó la pobre Bella Despierta, y se echó a llorar. Los niños escucharon su llanto. Los niños solos oyeron los sollozos de aquella pobre muchacha y decidieron ayudarla. Vinieron de todas partes y le contaron cuentos para entretener su vigilia. Cada niño y cada niña inventó un cuento sobre el insomnio de la Bella Durmiente. ¡Ha y tanto que hacer en cien años!: cosas útiles y bellas, juegos y viajes, libros, fantasías y realidades. La Bella Durmiente jugó con los niños y los cien años se le pasaron en un suspiro. Cuando, al fin, llegó el príncipe, se sorprendió de encontrarla de spierta y fresca como una niña. ¡Hasta el aya se había conservado fresca! El palacio despertó, como en el cuento original, y las bodas del príncipe y la princesa se celebraron con gran pompa y alegría. Ninguno de los dormidos supo nunca del insomnio de l a Bella Durmiente. Pero tú sí sabes el secreto y, cuando quieras, puedes inventar un cuento para consolar a la Bella Durmiente cuando no pueda dormir.

LA DISCIPLINA: EL SECRETO DEL ÈXITO

Si queremos que los hijos tengan los pies sobre la tierra hay que colòcarles responsabilidades sobre los hombros. PRIMER PASO: CLARIDAD Aprendamos a diferenciar el llanto que es semilla de grandeza, del que sòlo es señal de lastima y autoestima. Los padres tenemos la creencia de que estamos diseñados para evitar el sufrimiento de nuestros hijos. Primer error: Confundimos la disciplina con rìgidesz y lo opuesto al amor, sin darnos cuenta que la disciplina es otra cara del amor porque consiste en dotar a nuestros hijos de la herramienta del èxito. Segundo error: Confindimos sus conductas con su caràcter y por ello no corregimos; "Es igualito a su padre", "Asì era yo de niña", "Me saliò un hijo rebelde" Tercer error. Vemos los lìmites como algo doloroso, por lo que no logramos ver el aspecto protector. la disciplina aporta lìmites protectores. Cuarto error: Somos adultos indiciplinados y olvidamos que somos modelos a imitar por nuestros hijos.